Control aeroportuario

El intento fallido de atentado en un vuelo hacia Detroit ha reabierto el debate sobre los controles aeroportuarios y, al tiempo, sobre las medidas de prevención contra ataques terroristas. A juzgar por las reacciones suscitadas a uno y otro lado del Atlántico, los partidarios de endurecer la vigilancia con técnicas supuestamente más incisivas como los escáneres corporales han tomado una vez más la delantera. En sus declaraciones públicas no han dudado en exhumar el mantra cansino de la defensa de la seguridad. El gesto, sin embargo, tiene no poco de fraudulento: por su dudosa eficacia para prevenir atentados, por su elevado coste económico y por la inaceptable amenaza que supondría para libertades y derechos crecientemente cercados.

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El "Horror Tourism"

Si recientemente los terroristas acuden a los lugares turísticos, lo contrario también es cierto: muchos turistas se sienten atraídos por las penitenciarías, los lugares donde ha habido desastres, los frentes de guerra, las escenas del crimen... Los horrores y las ruinas siempre han atraído a los turistas.
Duccio Canestrini

El mundo publicitario ya es consciente de que el mundo se empequeñece

Consorcio Anfibio lleva tiempo informando puntualmente de que a través de los viajes en avión el mundo es cada vez más pequeño y que nuestro mapping mental se estrecha cada vez más y más. El viajero, que no el turista, debería requerir una falta total de limitación temporal que le permitiese desplazarse tanto como gustase y poder explorar nuevos terrenos en otros medios de transporte.

Nuestro afán por evitar el desplazamiento masivo en transporte aéreo no va a decaer, mucho menos viendo campañas publicitarias de algunas compañías de vuelos como esta peruana que directamente afirma CREEMOS EN UN PERÚ MÁS GRANDE Y EN UN MUNDO MÁS PEQUEÑO.