Alfredo Luis Somoza ha señalado: "Al turista le desaconsejan barrios o ciudades enteras como Bogotá, ciudad de México, Managua, Lima, caracas o Río de Janeiro, por que les pueden atracar, robar o agredir. En ese mundo empobrecido en las periferias que proporciona la mano de obra barata para encolar sus tenis, coser sus vaqueros o ensamblar su teléfono celular, el rico turista occidental pasa de cazador a cazado. Como suele decirse, no hay que tentar al diablo, y el turista representa el mundo que oprime y roba materias primas, el mundo que prospera a costa de la miseria de los demás."
Un turista, por lo tanto, al que se puede "limpiar", saquear, secuestrar e incluso matar.
Duccio Canestrini

Pero todos somos en alguna medida turistas... incluso de nuestras propias vidas.
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